La región amazónica es considerada la mayor reserva ecológica del planeta y su más grande pulmón, con un área de 6.430.000 kilómetros cuadrados que forman la cuenca del majestuoso río Amazonas, cubierta casi en su totalidad por una impenetrable selva que ha requerido el transcurso de miles de años para formarse.
De la Amazonia, a Colombia le corresponden 403.348 kilómetros cuadrados de selva tropical húmeda, extendida sobre una topografía suavemente ondulada cuya altitud varía entre 100 y 500 metros sobre el nivel del mar. El resto se reparte entre Brasil y Perú.
El Amazonas registra una historia de expediciones coloniales aventureras con altos costos en vidas humanas, evangelizaciones masivas y explotación de indígenas por las empresas caucheras. Hoy, desarrollada una mayor conciencia en torno al hábitat de la población nativa y a la importancia de la fauna y la flora como reservas del planeta, la región amazónica invita a sus visitantes a conocer un mundo lleno de primitivo encanto y belleza.
El río Amazonas, con un caudal de 120.000 metros cúbicos de agua por segundo tiene una longitud de 6.275 kilómetros, en los cuales se cuentan cerca de 6.000 islas. El río nace en Perú y desemboca en Brasil. En Colombia, los más grandes ríos que desembocan al Amazonas son el Putumayo y el Caquetá. Por estos ríos y sus numerosos afluentes se realiza el comercio y se comunican entre sí los poblados de esta enorme zona selvática.
Viajar a la selva amazónica es internarse en la mayor reserva ecológica del planeta, con una abundancia inimaginable de especies vegetales y animales. Esta región de alta lluviosidad, considerada el "pulmón del mundo", está marcada por el paso del río Amazonas, el más caudaloso de todos, y sus numerosos tributarios, que en su recorrido van formando centenares de islas.
Estar en el Amazonas es convivir directamente con la naturaleza. Es tener la oportunidad de conocer un río cuya anchura a veces lo hace parecer un mar, de adentrarse por las quebradas y escuchar el sonido de la selva, de observar la Victoria Regia, el loto más grande del mundo, y de admirar los famosos delfines rosados que acompañan las embarcaciones fluviales. Es, en fin, dejarse subrayar por un mundo que, sin conocerlo, resulta muy difícil de imaginar.
El Amazonas que, debido a su anchura parece más mar que río; la Victoria Regía, loto más grande del mundo cuyas hojas soportan el peso de un bebé; o los delfines rosados que si no asombran por su color, lo hacen por su inteligencia, son parte del embrujo que encierra la región amazónica colombiana.
Sus aguas de quebrada y caudalosos ríos, irrumpen de forma abrupta en el verde misterioso de sus terrenos, dejando escuchar el mensaje de una selva casi virgen, que por poseer una inmensa reserva ecológica y albergar muchas de las leyendas que todavía son inexplicables para la ciencia, ha sido honrada con el nombre de "Pulmón del Mundo".
Un activo puerto comercial fundado en 1867. Desde allí se pueden emprender varias excursiones, la mayoría por vía fluvial, para lo cual es preciso contar con los servicios de un guía local.
De los pocos paraísos que quedan en el planeta es el Amazonas y es tan extenso que está presente en varios países, comprendiendo la zona limítrofe entre Perú, Brasil y Colombia; y su río principal, el Amazonas, que al cruzar extraordinariamente de un extremo a otro la parte septentrional del continente suramericano, se convierte en el encanto más primitivo que pudiera tocar nación alguna; encanto que en ocasiones ni se reconoce en estas tierras.
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